En primera Persona: Petición para prevenir una ‘generación perdida’ en Siria
El director de la Organización Mundial de la Salud en la región del Mediterráneo Oriental, el doctor Ahmed Al Mandhari, acaba de visitar la histórica ciudad de Alepo, en Siria, y cuenta a Noticias ONU sus impresiones sobre este país azotado por la guerra y, ahora, los desastres naturales.
La futura generación de jóvenes sirios está perdiéndose debido a las múltiples crisis que afectan al país, según narra un alto funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pide a la comunidad internacional que ayude a evitarlo.
El devastador impacto de 12 años de guerra civil se ha visto agravado por el terremoto del 6 de febrero, que ha dejado decenas de miles de muertos y millones más necesitados de ayuda a ambos lados de la frontera entre Siria y Turquía.
El director regional de esa agencia de la ONU para la región del Mediterráneo Oriental, el doctor Ahmed Al Mandhari, acaba de visitar la histórica ciudad de Alepo, en Siria, y cuenta a Noticias ONU sus impresiones.
La destrucción es masiva y la devastación indescriptible
El sismo se ha producido en un momento en que las necesidades en Siria ha llegado a su máximo desde que comenzó el conflicto hace 12 años. Por ejemplo, casi el 50% de las instalaciones sanitarias del país no funcionan debido a la guerra, y ahora el terremoto ha destruido más equipos médicos esenciales.
Mucho personal sanitario ya se había marchado a causa de la guerra y los que se quedaron han tenido dificultades para llevar a cabo su trabajo.
Estimamos que unos 26 millones de personas se han visto afectadas por el terremoto en toda Siria. En Alepo, por ejemplo, las primeras estimaciones indican que más de 200.000 personas se han quedado sin hogar. Hemos conocido a muchas de ellas. Hemos visitado muchas de estas zonas dañadas y hemos visto a gente viviendo a la intemperie con mucho frío.
De hecho, una familia de 16 personas vivía en una tienda de campaña. Hemos visto familias repletas en estadios, familias en refugios y en habitaciones muy pequeñas.

Negociación con las autoridades sirias
La OMS y otras agencias de la ONU han estado sobre el terreno desde el primer día. Hemos conseguido entregar material a 16 hospitales en el noroeste de Siria a través de nuestras ONG asociadas.
Hace dos días enviamos un cargamento de 35 toneladas métricas de kits de traumatología y otros suministros médicos para infecciones. Enviaremos más desde nuestro centro de suministros de Dubai.
Movilizamos a nuestros equipos para que vayan a trabajar con sus homólogos de los ministerios de sanidad y los centros sanitarios.
Hemos estado negociando con las autoridades de las zonas controladas por el Gobierno para asegurarnos de que los suministros se distribuyen equitativamente entre los centros sanitarios y para conseguir el acceso transfronterizo a las zonas afectadas por el terremoto.
Crisis de combustible
Otro reto significante es la crisis actual del combustible, que afecta a todo el mundo. Los hospitales, que dependen de generadores, están sufriendo porque no pueden suministrar calefacción; la falta de electricidad dificulta su apropiado funcionamiento.
También nos enfrentamos a un mayor riesgo de propagación de enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos debido a la interrupción del suministro de agua; el año pasado tuvimos un brote de cólera debido al agua contaminada.
El otro riesgo es la propagación de la hepatitis, debido al suministro de agua y alimentos contaminados.
Y nos preocupa la transmisión de enfermedades en los refugios abarrotados.
Visitamos uno de los estadios, que está lleno de familias, y los médicos nos dijeron que los niños se quejaban de piojos. Los piojos empezaron a propagarse entre las familias porque hay mucha, mucha gente.
Estoy muy preocupado por el duro invierno, con temperaturas extremadamente bajas. Hay gente que vive a la intemperie en tiendas de campaña sin calefacción. Conocí a una mujer mayor y vi que tenía las manos agrietadas y con moratones. Cuando le toqué la mano, noté que estaba muy seca por el frío y la falta de calor.

La pérdida de las generaciones futuras
Este terremoto ha provocado una crisis adicional para los sirios, independientemente de dónde se encuentren, ya sea en las zonas controladas por el Gobierno y en las que no lo están.
Los sirios son los mismos donde sea que estén, y no pueden tolerar más sobresaltos y crisis. Deberíamos ser fuertes y decir basta.
Como seres humanos, no podemos tolerar que los sirios sufran múltiples crisis y pierdan vidas. Estamos perdiendo niños. Estamos perdiendo a la futura generación de Siria, como he dicho, independientemente de dónde se encuentren.
Así que llamemos la atención de la comunidad mundial y asegurémonos de que realmente nos concentramos en salvar las vidas de todos los sirios. Sin afiliaciones políticas, religiosas, culturales, sociales, económicas. Sabemos que los seres humanos somos iguales independientemente donde vivamos.”